Incendio

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jueves, 14 de enero de 2016

NO AL ERE INFOMA


EL BLOG DEL FUEGO ES AJENO A CUALQUIER ASOCIACIÓN O SINDICATO Y NO PUBLICA EN NOMBRE DE NADIE. ES UN FORO DE EXPRESIÓN LIBRE Y AUTÓNOMO.

Desde que terminó la temporada alta de incendios en la Comunidad de Madrid, a los trabajadores que combaten estos fuegos les están llegando noticias muy preocupantes: que en poco tiempo los van a despedir y que no podrán seguir trabajando como bomberos forestales. En pocas palabras, la administración está planeando hacer un ERE con estos trabajadores, con la disculpa de querer “profesionalizar” el servicio del INFOMA. Esta profesionalidad la quieren realizar con bomberos funcionarios en horario ordinario, pero considerando una subida de salario, lo cual supone horas extras en cubierto. Con estas condiciones quieren echar a la calle a unos 120 trabajadores que, ya de por sí, tienen unas condiciones laborales precarias, ya que sólo trabajan por 4 meses al año en extinción de incendios forestales. Las acciones que están tomando no suponen que el servicio costará menos, sino todo lo contrario: el presupuesto se dispararía al doble. Los trabajadores del INFOMA están indignados y una de tantas formas de expresarlo es con unas palabras que podrán leer a continuación, escritas por uno de los compañeros, una carta que describe perfectamente lo que ocurre y que puede representar a cualquiera de los que están viviendo esta situación. No se puede permitir que estas personas se queden sin sustento. ¡Ya basta!

El blog del fuego agradece al compañero que nos ha permitido publicar sus pensamientos.



Queridos compañeros:

Voy a escribir unas líneas para expresar el malestar, la indignación y el cabreo que me hierve por dentro desde que el pasado día 29 de diciembre tuvo lugar una reunión del sindicato Cobas con el Director General de Protección ciudadana, Carlos Novillo, quien expuso su visión de lo que, a su entender, debería ser el modelo Infoma: "exclusivamente" compuesto por "bomberos integrales", dadas las peculiaridades del territorio de la Comunidad Autónoma de Madrid (CAM) y desechando la figura de "bombero forestal".

Si tuviera de frente al señor Carlos Novillo le daría razones de peso para intentar cambiar su perspectiva. Primero empezaría exponiendo lo que considero que son las miserias y las virtudes del cuerpo de bomberos de la CAM. Cuando digo "miserias" me refiero a lo que se palpa día a día en los parques de bomberos (en los que nosotros somos espectadores en primera línea cada verano): la desidia, el desinterés, la apatía, la desmotivación que sufre gran parte de la plantilla, ya que la administración se preocupa nada o muy poco en dar solución a este panorama. No hace reciclajes actualizados en tiempo y forma, no hay actuaciones periódicas y continuas en simulacros y maniobras que incentiven al personal, les quite las telarañas y les saque de la rutina y la monotonía en la que viven. No existe preocupación en lo más mínimo por dar formación continua y de calidad (teórica-práctica) a cada uno de los componentes del cuerpo. Sólo ponen parches.


Por ejemplo, no es admisible que en boca de un bombero funcionario existan frases como: "si un día tenemos que utilizar el NBQ, para gran parte de los componentes del cuerpo es un "marrón". “El único curso que he recibido de NBQ fue en la academia cuando aprobé y... sinceramente yo no sabría utilizar con destreza y seguridad muchos de los componentes". Esto me lo dijo un bombero que aprobó en el año 2003. No es admisible tampoco que otro bombero funcionario me dijera que le dábamos envidia, ya que nos vio hacer una maniobra de autoprotección con la autobomba. Me comentó que él era muy activo y que en el parque en el que estuvo anteriormente, antes del concurso de traslado, siempre proponía maniobras variadas y muy periódicas pero que, desde que estaba en ese parque, a los chicos del turno donde él estaba no había manera de convencerlos para realizar "nada" y “la verdad” -me confesó- ya me he cansado de proponer cosas y me he adoctrinado y resignado”. No es admisible que un cuerpo de bomberos que era una referencia en España e incluso en Europa hace 15-20 años, se convierta ahora, en tan poco tiempo, en un cuerpo de bomberos de tercera regional, gracias a la dejadez de la administración y la continua y progresiva privatización y desmantelnación de servicios y competencias (Sercam, helitransportada, almacén, taller, etc). No es admisible que un mando te dé la emisora para que se la cambies de zona porque no tiene ni pajotera idea de cómo utilizarla. Supongo que cada uno de vosotros tendrá más casos "no admisibles" que, a lo largo de la experiencia y convivencia con los bomberos funcionarios habréis podido constatar.


El señor Novillo debería bajar a la tierra de la nave espacial en la que se encuentra y valorar y observar en persona el día a día del funcionamiento de cada parque. ¡Pero, claro! Esa no es su labor. Para ello están sus subordinados y los jefes de parque que deberían velar por el buen funcionamiento de los mismos, pero sinceramente... creo que la pirámide de mando está oxidada de arriba hasta abajo y poca solución va a haber si esto ocurre. Si los de arriba no predican con el ejemplo, ¿cómo pretendemos que lo haga el resto?

Respecto a las "virtudes" del cuerpo de bomberos también hay que hablar. Dentro del cuerpo de bomberos he conocido profesionales como la copa de un pino, muy válidos y serios en su trabajo, y con una vocación envidiable. Desgraciadamente he de decir que este perfil profesional brilla por su ausencia, ya que he conocido muy poquitos. Supongo, y me alegraría saber, que hay muchos más bomberos funcionarios profesionales dignos de admiración y respeto de los que no he tenido el placer de aprender, repartidos por otros parques que no he podido conocer. Pero insisto, la percepción general que se palpa en los parques no es la del perfil del "bombero integral", volcado en cuerpo y alma en hacer que su profesión sea lo más profesional y eficaz posible. Lo que mis ojos ven y mis orejas oyen es lo expuesto anteriormente.

Habría que destacar que existen excepciones colectivas, como es el ejemplo del parque de Arganda en referencia a intervenciones en tráficos. Han sido campeones europeos por varios años en actuaciones relacionadas con accidentes de tráfico y liberación de personas y descarcelación. Por lo visto, tienen el protocolo de actuación tan entrenado y metido en la cabeza, que lo van  cantando a medida que lo ejecutan paso a paso, y creo que lo harían muy bien con los ojos cerrados. Pero, ¿un "bombero integral" debería ser capaz de ser el mejor en todos los campos que puedan existir en emergencias? Tráficos, incendio de vivienda, inundaciones, incendios forestales, residuos químicos, o simplemente, apagar un contenedor de basura... Supongo que cada parque tendrá sus necesidades y peculiaridades en virtud de sus intervenciones. Los del parque de Arganda son la "élite" en tráficos, ya que han apostado en ello. Supongo también que esto se debe a que un gran porcentaje de salidas de ese parque serán tráficos. Pero, ¿los demás parques de bomberos en qué se caracterizan en ser los mejores? Pues unos hacen las mejores barbacoas de la región; otros lavan los coches con destreza tal que si pusieran el mismo empeño en intentar ser un poco más serios en su trabajo todo iría mejor. Otros parques se caracterizan por tener unas huertas dignas de mención: ¡qué tomates! Lógicamente y sin frivolizar más, los que indiscutiblemente son la "élite" en su cometido son los del GERA, que en rescate en altura son la caña. Pero, ¿y los demás cometidos? Un "bombero integral" lo engloba todo y debería ser capaz de desenvolverse en cualquier situación y circunstancia con la misma profesionalidad. Al final la experiencia me indica que “el que mucho abarca poco aprieta", o “aprendiz de todo, maestro de nada”. Las intervenciones de cada uno de los parques son muy variadas pero con las peculiaridades de la zona donde se encuentran dónde las intervenciones serán mayormente de un tipo que de otros. Las intervenciones, sean la que sean, al final se solventan de mejor o peor manera. Es decir, se saca el trabajo adelante pero no siempre de la forma más eficaz.


Con todo lo expuesto hasta aquí le preguntaría al señor Novillo: Si existe la figura de bombero del GERA, que son la "élite" en su cometido, y no tan "integrales" en otros cometidos, ¿por qué no crear un cuerpo de "élite" especializado en actuaciones forestales, interfase y prevención? Creo que la orografía y la peculiaridad de la Comunidad de Madrid requiere y se merece profesionales que estén a la altura y sean los mejores en sus cometidos. La figura de "bombero forestal" le va como anillo al dedo. En referencia a actuaciones forestales, ¿qué os voy a decir señores? Todos vosotros habéis compartido con bomberos funcionarios, en mayor o menor medida, actuaciones forestales. En numerosas ocasiones habéis podido observar las carencias enormes que tienen en la realización de sus cometidos en este campo o, por lo menos habréis observado que no siempre son lo eficaces que deberían ser o que presumen ser. Muchos de nosotros provenimos de diferentes ramas dentro de la extinción forestal: cuadrillas de tierra, helitransportadas Ccar, Cupas, Elif, Brif, etc.) y lo hemos compaginado en ocasiones con tareas de prevención en invierno.


Muchos de nosotros somos trabajadores con una larga experiencia en actuaciones y vivencias de todo tipo dentro del mundo forestal. Yo empecé trabajando dos campañas en una cuadrilla de tierra en Vasain (Segovia), podando y talando pinos a destajo durante ocho horas diarias y realizando labores de apoyo en extinción con el todo terreno y herramientas forestales (batefuegos, mochilas, etc). Era muy, muy duro, pero tengo grandes recuerdos y muy gratos. Posteriormente estuve cinco campañas en una helitransportada de Cantalejo (Segovia). En estos años me enamoré por completo de esta maravillosa profesión donde me di cuenta de que era algo muy grande ser bombero forestal. De estas cinco, dos las compaginé con trabajos de prevención realizando tareas tales como quemas controladas, ensanchamiento de pistas, caminos y corta fuegos con motosierra y desbrozadora, limpieza y acondicionamiento de puntos de agua para abastecimiento de las helitransportadas y autobombas. Por último, en el año 2010 ingresé en el INFOMA pensando que era una gran oportunidad para evolucionar y consolidar mi trabajo como bombero forestal, ya que salía de las garras de la empresa privada y metía la cabeza en el ámbito de lo público. ¡Ay, qué equivocado estaba!


Después de toda esta exposición, mi perplejidad, asombro, indignación y cabreo es ver que después de haber dedicado 13 años de mi vida, en cuerpo y alma, a este maravilloso y digno trabajo de bombero forestal, resulta que ¡me voy a quedar en la calle! 1) Sin el reconocimiento del camino realizado hasta la fecha 2) con las manos vacías y 3) con un horizonte incierto, ya que por mi edad (40 palos) y la experiencia tan especializada, difícilmente tendré cabida en otros sectores. El 90% de mi actividad laboral ha sido apagar incendios. ¡Yo no sé hacer otra cosa! No soy tan "integral", señor Novillo. Además es mi verdadera vocación y no estoy por el horario y la conveniencia, sino porque verdaderamente amo lo que hago. Y no vengan, señor Novillo, ni usted ni cualquier "bombero integral" a decirme que “no soy bombero forestal". Porque sí que lo somos. Somos además muy integrales en el manejo de cualquier herramienta forestal. Esas herramientas que parece que les dan alergia o calambres a sus "bomberos integrales", las utilizamos con destreza y eficacia, sí. El Mcleod, el pulaski, la azada, el hachón, la motosierra, la desbrozadora, las pértigas, las motopértigas, las tajamatas, los batefuegos, las mochilas, las antorchas, etc. Y no sólo eso. También manejamos con destreza y, como mínimo, igual que ustedes, señor Novillo, la autobomba. Como ve, somos muy integrales. Y mire, con sólo una campaña trabajada en la helitransportada he tenido intervenciones tanto en conatos como en grandes incendios y he adquirido mucho más experiencia que la que puede tener un bombero funcionario en toda su carrera profesional en acciones forestales. Dejen de subestimar e insultar a todo el colectivo de bomberos forestales, señor Novillo, y recapacite por favor.


viernes, 5 de junio de 2015

Los bomberos forestales son profesionales

Una reflexión muy necesaria.

El trabajo del bombero forestal está lleno de anécdotas: unas muy divertidas y plagadas de buenos momentos, pero también de otras que sólo hablan de miedo y peligro. Sin embargo, los instantes en los nuestra vida está en peligro, cuando estamos a punto de morir y se apodera de nosotros esa sensación extraña, cuando reflexionas y piensas “¿qué estoy haciendo aquí? ¿Por qué me he metido en esta profesión?” Esos instantes... la mayoría de las veces los vivimos en soledad, rodeados por el fuego y el monte y quizá sólo junto a algún compañero. Pero nadie más se entera de lo que vivimos, excepto cuando, ocasionalmente, alguno de nosotros es noticia en el telediario o es protagonista en alguna portada de los periódicos.


Muchos compañeros, después de pasar por una experiencia de este tipo, dejan el casco para siempre y no quieren saber más sobre incendios forestales. En esta profesión la muerte siempre está acechándonos, es algo normal, algo a lo que terminas por acostumbrarte. Con años de actuación, vocación verdadera y amor por lo que hacemos, sabemos que es así. A pesar de ello, en muchas ocasiones recibimos sólo críticas: ¿qué hacías allí? ¡Haber esperado a más compañeros! Pero nadie se pone en nuestro pellejo para intentar comprender la impotencia que se siente al ver las llamas que avanzan rápidamente hacia nosotros, saber que no tenemos escapatoria, pensar “¿qué debemos hacer?”, intentar mantener la calma y actuar fríamente para realizar un trabajo óptimo y salvar tu vida... Sí, es difícil. En esos momentos, todos los años que se tienen de experiencia parecen ser insuficientes.

Un caso muy común es encontrarse en una ladera de una vaguada, intentando controlar un incendio que “no tiene mucha importancia”. Ves cómo el fuego va bajando muy lentamente. Has estado en incendios muchos más complicados, más agresivos y más rápidos. A pesar de ello, no bajas las defensas, pero sabes que es controlable. Disminuye tu miedo, ese miedo que te hace ser precavido. Transcurren los segundos y las llamas continúan descendiendo. Se toma la decisión de no subir por la ladera, por ser muy inclinada y tener muchas piedras. ¿Para qué? “Esperémoslo aquí abajo, sólo saquemos un par de mangueras”, ordena el mando. Y entonces ocurre. Cuando el fuego ya está cerca de la posición que ocupan los vehículos, se mueve, ruge, salta. Es impredecible, tiene vida propia. Parece reir a su paso y querer demostrar su poder, es vanidoso. A nuestro alrededor solo se escuchan gritos del mando dando instrucciones. El camión de pronto se encuentra envuelto en fuego. ¿Qué hacer, hacia dónde ir? Estamos rodeados por el fuego. La única salida es la ladera de enfrente. Mucha gente toma esa salida pensando que será más rápido que el fuego. Saldrán en los telediarios.

Cuando un bombero forestal se encuentra en esa circunstancia, tiene que tener la sangre muy fría, estar conciente de que va a tener que soportar muchísimos grados, y que puede ser que su cuerpo no lo soporte. Buscas una zona sin vegetación, te proteges con el agua que todavía sale de la manguera, provocando un abanico y aguantas. Aguantas, aguantas, aguantas... hasta que el incendio pasa literalmente por encima de ti y de tus compañeros. Dejas que te rodee. La única compañía que tienes son los chicos con los que convives a diario, con los que compartes los momentos de risas, y que ahora están tan asustados como tú. Nadie sabe si esa fue la mejor solución, pero en ese momento apuestas porque sea la más segura. Son instantes que se viven como en cámara lenta, en medio del terror. Recorres con la mente tu vida entera, piensas en tus seres queridos. Aguantas. Y cuando todo pasa sólo han transcurrido algunos minutos, pero para ti ese momento fue eterno, duro y espeso. Entonces das gracias porque contabas aún con un poco de agua.



Pero digamos que estás en medio de un incendio, en un pinar, por ejemplo. Estás apagando un fuego de vegetación baja, entre los árboles. Todo parece normal, no hay peligro, no hay calor, todo está controlado. El camión se encuentra fuera de tu visibilidad, pero tienes comunicación con tus compañeros. De pronto, deja de salir agua. Entonces piensas: “el camión se ha quedado sin agua, seguramente irán a repostar”. Escuchas como arranca el camión, y seguidamente por la emisora te dicen que salgas rápidamente de allí. No entiendas qué pasa, ¿por qué tanta urgencia? Y cuando empiezas a recoger las mangueras, te insisten en que bajes ya. Es demasiado tarde, ves como las copas de los pinos están en llamas. Estas avanzan muy rápido, ya no tienes tiempo para bajar. Corres hacia donde habías apagado, a la zona quemada. No tienes agua, ni refugio, solo tienes la mano de tu compañero que te dice “reza lo que sepas”. Tte tiras boca abajo, con las manos sujetando las de tu compañeros. Cierras los ojos y sólo escuchas los chasquidos del incendio que pasa por encima de donde te encuentras. Notas como el suelo empieza a sentirse cada vez más caliente, caen ramas, escuchas árboles estallar. Entonces sientes caer unas lágrimas por tu rostro, y sabes que éstas son el único refresco que va a tener tu cuerpo. Cada vez sientes como tus manos aprietan más a tu compañero. Y siempre te viene pasa por la mente “¿qué hago aquí?” Piensas en tus familiares, que tantas veces te han dicho “ten cuidado”. Tú, quitando presión a la cosa siempre contestas: “aquí no hay incendios peligrosos”, “no te preocupes, sé lo que hago”, “siempre me cuido” y cosas parecidas. Pero, ¡qué confundido estaba! Nunca hay nada controlado. El fuego es caprichoso, genera su propio clima interno y sus corrientes, y siempre gana. Aunque lo apagues queda como vencedor cuando miras a tu alrededor y te das cuenta de la cantidad de vida que ha destruído. Y siempre piensas que también hubiera podido destruir tu propia vida.



Muchas personas piensan que donde mueren bomberos forestales o pasan malos momentos es en incendios de grandes árboles. Si existiera una estadística, la gente se sorprendería al darse cuenta de que esos incendios que no se registran por ser de pasto y, aparentemente, sin importancia, es donde los bomberos, bomberos forestales, voluntarios, cuerpos de seguridad y civiles lo pasan peor. Son incendios en los que no ves peligro inminente. Es un pasto que no llega a medir ni siquiera 20 centímetros. ¿Qué peligro va a existir en esos casos? Nunca es así. Jamás se sabe lo que el fuego hará.

Muchos compañeros en esos casos no han visto el peligro y han desestimado su importancia, bajaron tanto la situación de alerta que descuidaron su seguridad. Muchos han muerto o tienen parte de su cuerpo quemado, como recordatorio de que un incendio de pasto no es ningún juego. Son lentos, pero en un segundo se pueden empezar a mover rápidamente, haciendo arder todo lo que se encuentre a su alrededor. Estos fuegos desprenden mucho humo, te desorienta, no ves hacia donde vas, no puedes respirar... Hay ocasiones en las que llegas al punto de tirarte al suelo para intentar respirar mejor.


El trabajo del bombero forestal es muy peligroso. No puede ser desempeñado por cualquier persona, ni por voluntarios o personal sin experiencia. Los bomberos forestales son profesionales en su ramo y son héroes anónimos, que saben que un día ellos pueden ser los siguientes en salir en las portadas de un periódico.

¡5932 YA!
¡Bomberos forestales, derechos laborales!


jueves, 26 de junio de 2014

A cumplir, políticos

Casi al mismo tiempo de que nuestra compañera Vesna comenzara la huelga de hambre para reivindicar nuestros derechos laborales, empezó la campaña anual de extinción de fuegos forestales y, con ella, la formación para los trabajadores que integramos el colectivo. El pasado 9 de junio, una empresa privada impartió por tres días los cursos de capacitación. ¿Formación por medio de una empresa privada? ¡Inaceptable! No corresponde con el protocolo de actuación de la Comunidad de Madrid. La formación debe ser pública. 




Aún así, intentamos tratar de sobrellevar la situación hasta que, un día, nos sentamos a escuchar una clase de inteligencia emocional. Estamos de acuerdo en que la inteligencia emocional es una habilidad muy útil que todos debemos desarrollar para mejorar nuestra vida diaria. Sin embargo, cuando estamos a punto de ser echados a la calle, cuando tenemos que ir a tribunales para obtener "estabilidad laboral" (por cuatro meses al año), cuando estamos trabajando con un EPI (Equipo de protección individual) que no cumple con la normativa de seguridad, cuando muchos de los puntos de trabajo están en pésimas condiciones, cuando nuestro trabajo y nuestra profesionalidad no son reconocidos, cuando estamos siendo robados por un gobierno corrupto, no es agradable que una persona se ponga al frente para decirnos que “hay que tomar todo positivamente, ver el lado bueno de las cosas.” ¡Por favor! ¿El lado bueno de las cosas? ¿Alguien ve un lado bueno? Porque yo no. Lo siento, pero no era el momento ni era el lugar. Queremos cursos sobre la utilización de la motosierra, queremos aprender protocolos de incendios de interfase (cuando un incendio está entre el bosque y zonas urbanas), deseamos estar capacitados para proporcionar primeros auxilios avanzados, etcétera.

Y así seguimos, en medio de un ambiente extraño. Llegó el día de realizar las prácticas. La mayoría no contábamos con el EPI homologado, por lo que se tomó la decisión de no arriesgar la seguridad de nadie, ni durante la formación, ni durante las jornadas de trabajo. Los profesores nos dieron la indicación de quedarnos al margen de las prácticas, sólo observando. Al no formar parte de los ejercicios, en realidad no estamos siendo preparados para des
empeñar nuestra labor. ¡No podemos permitir que eso suceda!




Gracias a la unión logramos que, al día siguiente, se nos convocara a una reunión en la sede de Función Pública, para hablar con la directora, el director de la Dirección General de Protección Ciudadana, la jefa del Cuerpo de Bomberos de la Comunidad de Madrid y otros representantes del Cuerpo de Bomberos de la Comunidad de Madrid. Dos compañeros nos representaron en esta junta, acompañados por dos representantes sindicales. Se habló sobre los problemas generales del colectivo, en especial sobre la formación inadecuada, sobre el EPI, que no cumple la normativa y sobre las 83 plazas que se desea amortizar. El resultado fue favorable para nosotros, ya que se logró llegar a acuerdos sobre todos los temas: la amortización de las plazas será inválida, se proporcionará a todo el personal los EPI´s correspondientes, que cumplan la normativa y se repetiría la formación en un formato público, impartida por bomberos.





Se escucha bien, ¿no es así? Sin embargo, no ha quedado plasmado en ningún papel, con una firma al calce. Queremos que los acuerdos se formalicen y que se cumplan. Si bien es cierto que la formación pública ya se ha realizado y que casi todos ya tienen los EPI´s adecuados, existen todavía algunas personas a las que no se los han proporcionado por falta de existencias (tallaje) y que, por este motivo, no están trabajando y se encuentran en “Clave cero” (permanecer el en parque de bomberos sin desempeñar su función). ¿Esto podría solucionarse rápidamente? Por supuesto. Se les podría proporcionar ropa de bombero provisionalmente. Sin embargo, no se ha hecho debido a que algunos creen que nosotros “no debemos vestirnos como ellos”. Sobre este pensamiento sólo diré que “renovarse es vivir” y que mientras se tengan ideas retrógradas, no avanzaremos.

Sí, es cierto que se está cumpliendo. Sin embargo, debido a que la confianza en sus palabras es nula, (hay que decirlo) no nos fiamos. Lo repito: lo queremos por escrito. ¿No es verdad que ya se había convocado a una mesa técnica para formalizar los acuerdos? Sí, pero se suspendió. ¿La causa? Aparentemente, “todo está solucionado”. Pero... no por completo. Porque, ¿será verdad que no van a echar a la calle a esas 83 personas? Pues no, yo no me fío, para ser honestos. Y la razón por la que no me fío es porque, mientras todo esto sucede, el gobierno en turno ahora está discutiendo la aprobación de una ley por medio de la cual tendrán la facultad para despedir a cualquier trabajador indefinido de la administración pública, en cualquier momento, otorgándole solamente entre 8 y 11 días laborados por año como indemnización.





¿Es esto posible? ¿Es posible que hablen en televisión sobre cómo Podemos “desea convertir a España en una Venezuela, sin derechos laborales, sin libertad de expresión, sin tranquilidad emocional, sin prestaciones sociales…” cuando, en primer lugar, es una mentira como una catedral y, en segundo, eso es justo lo que está ocurriendo actualmente a través de su gestión? Si cada vez tenemos menos y cada vez las empresas y los bancos tienen más. ¿Cómo pueden tener tan poca vergüenza? Recuerdo un dicho de mi abuela que decía: “Lo que dice Pedro sobre Juan habla más sobre Pedro que sobre Juan” o, lo que es lo mismo, “hablar mal de los demás habla mal de uno mismo”.

Romper el silencio es lo que nos corresponde hacer. Gritar a los cuatro vientos lo que ocurre, para que todos lo sepan. De esta forma, sabrán que estamos ahí, al pie del cañón. De esta forma sabrán que no cesaremos la lucha, que seguiremos en este camino hasta que podamos dormir cada noche tranquilamente, sintiendo que tenemos lo que todo ser humano merece: un trabajo digno, condiciones favorables y estabilidad laboral para poder vivir. Deseamos un país en el que nadie, por ningún motivo, tenga que ponerse en huelga de hambre, como lo ha hecho Vesna, para ser escuchado, para ser valorado, para ser atendido. Vesna dejó la huelga de hambre por razones de salud y personales. Sin importar el paso del tiempo, ella siempre será un ejemplo de coraje y fuerza. Gracias, Vesna. Gracias siempre.




lunes, 16 de junio de 2014

No más "divide y vencerás". Unidos no seremos vencidos.

“Divide y vencerás” reza la frase de origen dudoso que fue atribuida al emperador y dictador romano Julio César. Y qué cierta es. En este mundo en el que nos vemos forzados a regirnos por el orden para no despedazarnos unos a otros, ponemos en manos de algunos, en manos de los políticos, las leyes, las reglas de convivencia, nuestro dinero, nuestra vida… ¿Y ellos qué hacen? Fomentar la división entre los ciudadanos, indisponernos unos con otros, dividir a los colectivos, enfrentarnos. De esa forma, nos mantienen al margen de lo que sucede. Mientras nosotros estamos ocupados manejando nuestras diferencias, ellos se apropian del poder. Así ha imperado la política desde siempre. Y, ¿cómo no hacerlo? Es una técnica que funciona. 



Hagamos un poco de historia. Desde la fundación de la Comunidad de Madrid, se han separado las funciones de los trabajadores que luchan en contra de los incendios forestales. El cuerpo de bomberos de la comunidad de Madrid, en un principio, se creó exclusivamente para extinguir fuegos forestales, en los años setenta. Tiempo después, apareció el Icona, que eliminó competencias en ese ámbito y creó un distinto sector. En los años noventa, se privatizó y se dividió a los trabajadores en dos empresas, que actualmente son Matinsa e Infosa. Para completar el cuadro de franca oposición, existe otro colectivo, el de los agentes forestales, quienes llevan más de ciento treinta años trabajando con funciones específicas. El gobierno actual está intentando que los UFA (Unidad Forestal de Apoyo) de Matinsa e Infosa terminen realizando parte del trabajo desempeñado por los agentes forestales.

De esta forma, con tanta fragmentación, se crean enemistades, envidias, rencores… Al final se produce una lucha entre todos: bomberos contra agentes, agentes contra trabajadores de prevención, todos contra todos. Mientras tanto, el gobierno se regodea al ver su hermoso trabajo de desintegración de la sociedad. Qué conveniente. Si todos nos apuntamos con el dedo y no podemos converger, nunca llegamos a ningún puerto.

Afortunadamente para todos, eso está cambiando. ¡Por fin! El pasado viernes 6 de junio del año 2014, por primera vez, se celebró la Jornada de Incendios Forestales en la asamblea de Madrid, en la que todos las partes que integramos la prevención y la extinción de incendios forestales nos reunimos para hablar, exponer nuestros casos y presentar a los políticos nuestras necesidades e inconformidades. Bomberos forestales privatizados, bomberos forestales de la comunidad de Madrid, agentes forestales y bomberos funcionarios, todos juntos, haciendo historia, hemos formado un frente común en contra de la mala gestión del gobierno.



Acompañados por algunos sindicatos que apoyan a los trabajadores en este momento decisivo de conflicto, hablamos por más de cinco horas de muchos de los temas referentes, importantes y apremiantes. Desde hace un año, aproximadamente, se instituyó la Asociación de Bomberos Forestales de la Comunidad de Madrid (BFCAM), que junto con otras asociaciones forestales, logramos crear la Marea del Fuego y reunir a más de 1.500 personas de toda España el pasado 1º de marzo en Madrid. 



Hombres y mujeres que nos enfrentamos al fuego cada año, valientes de todas las edades, caminamos por las calles de Madrid para reivindicar nuestros derechos laborales. Ese día comenzó el cambio. “La unión hace la fuerza”. Así, unidos en esta asamblea, tuvimos la oportunidad de decir cara a cara a los políticos todo lo que están haciendo mal, todo lo que están dejando a un lado, todo lo que requerimos para trabajar de manera digna y al mismo tiempo cuidar de los bosques de Madrid. 



Pero hubo dos grandes ausentes. ¿Quiénes son los que han demostrado que no les importan las condiciones en las que estas personas trabajan? ¿Quiénes no pueden soportar que se les diga cara a cara que son unos ladrones? ¿Quiénes se colocan frente a las cámaras de televisión mostrando los helicópteros,  los sistemas que predicen la evolución de los incendios? ¿Quiénes se regodean por los millones que han gastado en tecnología, cuando lo que se necesita son recursos humanos, limpieza de bosques y prevención? ¿Quiénes no contratan al personal necesario y presupuestado para la campaña forestal y, por si fuera poco, van a despedir a 83 personas más?

Efectivamente. Y es que, sinceramente, si yo tuviera que enfrentarme a un colectivo al que he estado desatendiendo y afectando durante muchos años, tampoco tendría el valor para asistir a una reunión en la que se me va a decir la verdad sobre mi nefasto desempeño en mi cargo. “La verdad no peca, pero incomoda” dice el refrán. Yo tampoco iría, me tomaría un café y procrastinaría la aceptación de la realidad: soy un despreciable ser humano. Así, el PP y la Dirección General de Protección Ciudadana “tuvieron algo mejor que hacer ese día”.

Tienen miedo. Tienen miedo y con razón. Les fastidia que estemos formando una cara conjunta para señalarlos y echarlos de una vez por su incompetencia. Pero esta vez no podrán separar lo que se ha unido y que se ha convertido en una avalancha imparable. Se acabó lo que se daba. Ya no podrán tomarnos el pelo porque estaremos hombro a hombro luchando en esta guerra que pondrá fin a la corrupción, a la malversación de fondos, a la pésima administración de los recursos de todos los españoles.



Los que sí asistieron, los partidos UPD, Izquierda Unida y PSOE, llegaron a las siguientes conclusiones generales:

1) Todos los medios deben ser un solo ente público que trabaje conjuntamente con procedimientos estandarizados durante todo el año.
2) Se debe invertir más en personal y menos en tecnología (aviones, cámaras detectoras de humo que no funcionan, etc).



Ahora esperamos que las palabras hermosas no sean solamente parte de una campaña electoral o un coqueteo falso, como ha sucedido en el pasado, sin importar el color del partido. Las palabras se las lleva el viento y nunca se plasman por escrito con una firma al margen que signifique “me importa, estoy comprometido con las personas para las que trabajo y quienes pagan mi salario y mis prestaciones”. Pero como decía mi abuelo, “todos son los mismos perros, pero con distinto collar”. Espero comerme mis palabras y quedarme sorprendido al ver los hechos tangibles frente a mí. Los incendios forestales deben dejar de ser un negocio. Finalizo con una invitación a la reflexión. Es tiempo de que todos reaccionemos, de que nos unamos, de que pongamos fin a las injusticias. Y sólo podremos lograrlo a través de la fuerza que logra la mayoría. "Cuando las arañas unen sus telas, pueden matar a un león" Proverbio etíope. 

domingo, 1 de junio de 2014

Huelga de hambre en el ámbito forestal por la injusticia que se vive en Madrid


“Si están o no están de acuerdo, no me importa. De cualquier forma lo haré”, dijo Vesna ante la mirada conmovida de todos. “Me voy a poner en huelga de hambre porque ya basta”. Ella es una mujer de 50 años, pequeñita, de complexión delgada (delgadísima) que va a dejar de comer y a poner en peligro su salud y su vida, desde el primer día de trabajo de la campaña forestal para la que trabaja.

¿Y por qué? Porque este gobierno traidor desea amortizar 83 plazas de trabajadores de extinción incendios forestales de la Comunidad de Madrid: bomberos, conductores, encargados, técnicos especialistas y auxiliares de control de información (vigilantes). Por medio de una siniestra maquinación de la administración pública, pretenden dejar a todas estas personas sin trabajo, sin sustento. Pero además, hay otras 1.461 personas afectadas por este ERE encubierto, de muchos otros sectores dentro de la comunidad: personal de cocina, personal de sanidad, personal de educación y muchos más. ¿Y todo para qué? Para privatizarlos y enriquecer a sus “compis”, las empresas que subvencionan a los partidos políticos. 


¿Qué más reivindica Vesna? Para la campaña forestal pública 2014, se encuentran presupuestados 289 puestos de trabajo, de los cuales sólo unos 220 han sido contratados. ¿Y las personas que se quedan sin trabajar durante este verano? ¿A quién le importa? ¿A dónde se va el dinero restante? ¿A las arcas de quién? 

En el sector privado, las empresas Matinsa e Infosa han reducido en un 66% la jornada trabajo de algunos compañeros, pasando de ser anual a sólo de cuatro meses. Un trabajador, al no aceptar el “trato” fue despedido inmediatamente. Los sueldos se les han encogido considerablemente a todos. Para que tengamos una idea más clara de lo que ocurre, un trabajador de empresa privada es explotado, se le paga muy poco y, sin embargo, por él se paga más del doble. Vuelvo a preguntar lo mismo. ¿Y el dinero restante? ¿A dónde se va? ¿A las arcas de quién? ¿A alguien le importa? ¿A dónde está llegando “el negocio del fuego? 


Vesna trabaja como vigilante en la campaña Infoma, durante todos los veranos, los meses de más riesgo en cuanto a incendios forestales. Cuatro meses es lo que todas estas personas trabajan. Y así viven, sólo de estos cuatro meses, porque es lo que tienen. Ella trabaja en el monte, cubierta por dos plásticos que le dan sombra, pero que aumentan la temperatura ambiental, que a veces llega a los 50 grados. No tiene un servicio ni tiene aire acondicionado. Ella pasa 10 horas al día así, debajo del sol, y se coloca una gorra para protegerse. “Al término de mi jornada bajo muy mal de ahí, son 10 horas a una temperatura de infierno. Afortunadamente ya me pusieron otro plástico encima, para cubrir un poco los rayos del sol” –nos dijo.

¿Es esto justo? ¿Es justo que una mujer con dos hijos se ponga en huelga de hambre para salvar los puestos de trabajo de 83 compañeros y 1.461 personas más, así como para mejorar las condiciones de trabajo de todos, tanto del sector público como del privado? Ella ni siquiera se encuentra entre los afectados por este concurso de traslado artero, alevoso, camuflado, encubierto, ilícito, abusivo e inaceptable que, además, incumple sentencias judiciales firmes.


Seguramente a Vesna se le unirán muchas más personas. Yo entre ellas. Que Madrid entero deje de comer para que este gobierno pare de enriquecer a las empresas, privatizándolo todo. Que todos nos quedemos sin vida de una vez. Al final, vivir así de todas formas no es vivir. ¿Vivir sin saber si tendrás atención médica si algo te sucede? ¿Vivir sin tener la seguridad de un trabajo? No, eso no es vivir. Ya estoy harto de mirar a mi alrededor y ver tanta injusticia, de ver cómo se deshumaniza todo, de darme cuenta cada día de que estamos en manos de delincuentes. Hoy tengo un trabajo de cuatro meses al año. Mañana ya no tengo nada. ¿Y qué voy a hacer yo, que tengo años de experiencia en la extinción de fuegos forestales, y que he estado mano a mano con mis compañeros arriesgando mi vida por salvar el monte? ¿Qué voy a hacer si ésta es mi vocación y mi forma de vida desde hace muchos años? Yo soy un bombero forestal, aunque no se me reconozca en un papel como tal. Y si no soy eso, ¿entonces qué soy? ¿En dónde voy a encontrar un trabajo para poder sostener a mi familia? 


A mí que me digan lo que sea, pero yo veo lo que hará Vesna como un heroico acto de fe. Fe en que en algún sitio recóndito, estas “personas” que nos gobiernan todavía tengan un poco de humanidad. Fe en que el rostro de Vesna se les quedará grabado en la mente y no los dejará dormir. Fe en que cuando estén comiendo y utilizando el suculento presupuesto de “dietas”, se acuerden de que Vesna no está comiendo y se atraganten con el postre. Y fe en que se den cuenta de una vez de que gobernar sólo para unos pocos y por y para sus intereses económicos no es ético ni es moral.

El día 13 de junio del año 2014, comienza la huelga de hambre de Vesna. Desde aquí y por siempre, mi respeto a ella y a su corazón fuerte y a su valentía y fuerza. Que sea un ejemplo, una inspiración. El tiempo está corriendo, señores, tic tac, tic tac. ¿No van a hacer nada al respecto? ¿Van a dejar que esto siga ocurriendo?

José Saramago, (1922-2010), ganador del Premio Nobel de Literatura en 1998, publicó en 1997 la compilación de Cuadernos de Lanzarote, en la que está incluida la siguiente cita:

"Que se privatice todo, que se privaticen el mar y el cielo, que se privaticen el agua y el aire, que se privaticen la justicia y la ley, que se privatice  la nube que pasa, que se privatice el sueño, sobre todo si es diurno y con los ojos abiertos. Y, finalmente, para florón y remate de tanto privatizar, privatícense los Estados, entréguense de una vez por todas la explotación a empresas privadas mediante concurso internacional. Ahí se encuentra la salvación del mundo. Y metidos en esto, que se privatice también a la puta que los parió a todos" (malditos políticos de mierda. Esto es mío.)

Sigamos en la lucha, compañeros.

BOMBEROS FORESTALES sin derechos laborales.